Últimamente he estado más preocupada que de costumbre, dándole vueltas a cosas sin importancia y dudando de todo. Durante los últimos meses había sufrido una transformación tan grande que me había cogido por sorpresa incluso a mi misma; sin embargo, en cuestión de días, todo ese progreso se ha perdido y parece que no va a volver.

Parece ser que mi inconsciente sabe que va siendo hora de volver, que esto se acaba y que toca volver a ser la que era antes. Aunque luche con todas mis fuerzas contra ello, parece que los viejos hábitos han vuelto para quedarse. Vuelvo a basar mi autoestima en los ‘me gusta’ de Facebook, vuelvo a sentir celos de cualquiera que sea notablemente mejor que yo en cualquier cosa, me agarro a clavos ardiendo por miedo a quedarme sola. En definitiva, toda la seguridad en mi misma que había ganado, todo lo que había aprendido y  todo lo que he vivido han volado junto con mis ganas de seguir.

Y lo único que siento es impotencia porque no me gusta lo que soy y echo de menos a la que he sido. Me siento pérdida desde que no puedo encontrar el camino de vuelta a la vida que me gustaba. Me siento incapaz de cambiar de nuevo, me siento atrapada en este pozo de angustia que cada vez me hunde más en el suelo. He perdido la confianza en mi misma hasta el punto de anularme a mi misma. Ya ni siquiera escribo, no hago lo que me gusta, no digo lo que pienso y vuelve a importarme la opinión de los demás.

No sé si lo que ha pasado ha sido una ilusión, una falsa seguridad pasajera que no volveré a probar jamás. Lo que sé es que noto los miedos haciéndome prisionera de nuevo, suplicándome que pida ayuda, que sola no puedo porque no soy lo suficientemente guapa, ni rica, ni inteligente ni buena.

Y de nuevo, soy esta persona que no me gusta, que me cae mal, que es celosa, envidiosa, egoísta y codiciosa, que ha vuelto con más fuerza y con menos ganas de cambiar, que sabe lo exhaustivo que es intentar ser mejor persona e intentar ignorar esos sentimientos que te comen por dentro.